En 1959, los Montes Urales de Rusia fueron el escenario de uno de los misterios más desconcertantes de la historia: la expedición Diátlov. Un grupo de nueve jóvenes excursionistas, liderado por Igor Diátlov, emprendió un viaje a una remota región montañosa, pero nunca regresaron. Días después, los equipos de búsqueda encontraron sus cuerpos, pero las circunstancias de su muerte dejaron más preguntas que respuestas.
Los cuerpos fueron hallados en diferentes estados de desconcierto. Algunos estaban parcialmente vestidos, a pesar de las gélidas temperaturas de -30°C. Los primeros en ser descubiertos estaban descalzos, cubiertos por una fina capa de nieve, como si hubieran huido precipitadamente de su tienda de campaña en medio de la noche. Más extraño aún, la tienda había sido cortada desde dentro, lo que sugería que algo los había aterrado lo suficiente como para hacerlos escapar sin la protección adecuada.
Los análisis forenses revelaron que algunos cuerpos tenían fracturas internas severas, similares a las causadas por un accidente de coche, pero sin señales externas de trauma. Una víctima tenía la lengua arrancada, lo que agregó un elemento aún más macabro al misterio. Además, las ropas de algunos de los excursionistas mostraban altos niveles de radiación, lo que llevó a especulaciones sobre la posible implicación de experimentos militares secretos.
A lo largo de los años, numerosas teorías han surgido para intentar explicar el incidente, desde avalanchas y ataques de animales salvajes, hasta fenómenos sobrenaturales e incluso encuentros con extraterrestres. Algunos investigadores creen que los excursionistas pudieron haber sido víctimas de pruebas militares encubiertas o armas secretas.
Aunque en 2019 el gobierno ruso reabrió el caso y lo atribuyó a una "avalancha", muchos siguen convencidos de que la verdad sobre la expedición Diátlov sigue oculta, sumando más leña al fuego de uno de los misterios más espeluznantes del siglo XX.